¿Alguna vez te mandaron por las tortillas? Me refiero a ir por ellas a la tortillería, no al súper o a la tiendita de la esquina. Ir por ellas y ver cómo, calientitas y todavía humeantes, salen de la máquina o en el mejor de los casos, del comal. Justo cuando te las entregan, antes de envolverlas en papel o en la servilleta, hacerte un taco de sal (tal vez con salsa) y caminar de regreso a casa feliz es el mejor aperitivo posible.
Si sabes de lo que hablo, este post es para ti... Pero si nunca tuviste esta experiencia, aquí están las razones para que salgas corriendo a comprar un kilo de tortillas.
La tortilla es, probablemente, la base de la cocina mexicana. En principio, el maíz es uno de los cultivos más producidos en América Latina, pero sobre todo en México. Con él hacemos de todo: Atole, pozole, sopes, tostadas, esquites, y claro, las deliciosas tortillas. Ingeniosamente nos las arreglamos para hacer, además de tacos, una infinidad de recetas con las tortillas: enchiladas, enfrijoladas, flautas, totopos, sopa de tortilla y un largo etcétera en el que hasta las tortillas duras pueden aprovecharse.
Como en otras culturas se consume el pan, para nosotros los mexicanos la comida sin tortilla simplemente está incompleta, y es que no importa si es con frijoles o con el corte más caro de carne, la tortilla es el complemento perfecto para la comida mexicana.
Generalmente, la tortilla se hace con masa nixtamalizada de maíz. Tiene un característico color entre blanco y amarillo y es de forma circular, el tamaño llega a variar dependiendo de la finalidad con la que se vaya a utilizar: las hay pequeñas para tacos al pastor o gigantes para flautas y quesadillas. En el norte del país también se acostumbra prepararlas con harina de trigo, lo que hace que la masa tenga más cuerpo y como resultado, se hagan tortillas más gruesas y esponjaditas.
También es común ver tortillas azules, verdes y rojas. Las primeras se hacen de la misma forma que las tortillas tradicionales, solo que se utiliza otro tipo de maíz, que le da el peculiar color. En cuanto a las rojas y las verdes, estas son el resultado de mezclar la masa de maíz con nopal o chile guajillo, lo que da el color a la masa y además cambia el sabor de las tortillas.
Por ser fuente de vitaminas y minerales, son nuestras favoritas y las de prácticamente todas las familias mexicanas. En la fila de las tortillas se forman niños, amas de casa, trabajadores y personas de todas las edades y clases sociales, así que si todavía no te decides, piensa en desayunarte unos chilaquiles con huevo, en comer enchiladas de mole o cenarte unas quesadillas: la tortilla es tan versátil que solo te queda decidir con qué quieres combinarla y disfrutar de su sabor.
¡Si tienes la oportunidad, compra las tradicionales, hechas a mano! Tienen un sabor excepcional y además estarás apoyando a la economía de tu localidad.
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