El café en México es una de las excusas más comunes para juntarnos con los amigos y la familia. En el desayuno, la comida o la cena, una taza de café es algo indispensable para muchos de nosotros. Esto y la creciente industria que vende y exporta café, ha hecho que los productores mexicanos reciban el reconocimiento que se merecen: el café de Chiapas, Puebla, Tabasco y Veracruz se exporta a todo el mundo y las fincas cafetaleras de dichos estados reciben cientos de visitas anuales, en las que los amantes nacionales e internacionales de esta bebida deleitan su aladar con uno de los mejores cafés del mundo.
Y es que no importa si preferimos la dulzura del café de olla o un espresso bien cargado, las distintas mezclas y granos que se producen en nuestro país cumplen y superan cualquier estándar mundial, pero si además las juntamos con la tradición y cultura de nuestro pueblo, podemos obtener recetas como el antes mencionado café de olla, dulce, bien caliente y con su característico sabor a canela. En muchos lugares de la república también se hace helado de café o licor artesanal con los granos de este fruto.
Gracias a todas estas y más características, el café mexicano se ha convertido en una de las denominaciones de origen que hace poco te contábamos. Esto quiere decir que no hay café como el que se produce en México: si hablamos del café veracruzano y chiapaneco, tenemos la certeza de que ningún fruto de ningún lugar del mundo producirá una bebida como la que estos granos dan como resultado. En el caso del café de Chiapas, la bebida es de alta amargura y acidez, con notas vegetales y achocolatadas que dan un sabor profundo y fuerte. Por otro lado, el café de Veracruz tiene poca acidez, un sabor neutro y notas avainilladas apenas distinguibles. En los dos estados, el consumo y venta de esta bebida es una tradición que se remonta a la época de la conquista.
Y así es como el café se ha convertido en una bebida favorita entre los mexicanos. Hace poco te contamos acerca de las culturas prehispánicas, que como ritual bebían chocolate, producido con el cacao nacional, sin embargo, después de que los españoles llegaron, la planta de café comenzó a introducirse en los plantíos cercanos a bosques y selvas de estos estados, procedente de Cuba en el año de 1796, hasta que el café se convirtió en una bebida común y consumida por todas las clases en la Nueva España, es decir, el país que pronto se convertiría en México.
Al día de hoy, nuestro país es uno de los principales exportadores de café a todo el mundo. Incluso algunos estudios se han hecho en tierras mexicanas acerca de cómo la plantación de café puede ayudar al combate de plagas y a la restauración del suelo erosionado. No importa si eres amante de lo gourmet o simplemente disfrutas de una taza de café con tus amigos: ¡Consume café mexicano!
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